Una visita a la villa Chansor en Camboya

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Temprano en este año, nos reunimos desde todos los rincones del mundo para nuestro 4to Conferencia Anual de General Managers, este año centrado en la soñolienta ciudad de templos de Siem Riep. Después de algunos días de planificación y discusiones dentro de las confinidades del Victoria, nos dividimos en 6 grupos, mezclados por países y departamentos para una aventura de tesoro para el crecimiento del equipo a través del reino mágico del complejo Angkor.

Algo que nosotros los Búfalos nos enorgullecemos es nuestro acercamiento de pioneros para descubrir productos nuevos, frescos e inspiradores, así también como nuevas ideas.

Esta historia es encantadora y comienza con la boda de un empleado de Camboya, sostenida en su casa en la villa Chansor, a una hora de Siem Riep.

Esta hermosa villa está lejos de la deteriorada carretera, sin descubrir y ofrece una muy intrépida vista de la tradicional cultura Khmer. El equipo de Camboya asistió y suavemente empezó a preguntarse si esta era una oportunidad para ofrecer a nuestros clientes una vista pura y natural de la vida en la villa de Camboya y más importante aún, una vida no basada o erigida solamente para el turismo.

La respuesta definitiva fue un SI.

Nos despedimos a eso de las 10 am en dirección hacia Chansor, nos detuvimos brevemente para ver y ayudar a una ONG donde elaboradas manualidades son creadas y vendidas para apoyar la abolición del tráfico de blancas en Camboya.

Luego de haber llenado nuestros bolsos con regalos para casa, nos vimos de nuevo en la carretera. Próxima parada, un breve paseo alrededor de Kampong Kleang. Una villa fascinante construida a un lado del tan famoso lago gigante Tonle Sap. Por varios meses del año la ciudad es inundada y los increíbles locales cambian a una vida de villas acuáticas, una transformación sin mucho esfuerzo la cual puede parecerle a un cerebro europeo algo casi igual a un milagro.

Unos momentos después ya estábamos de nuevo camino hacia nuestro destino: Chansor.

Ya casi llegando las calles se volvían más estrechas hasta que finalmente estábamos manejando a través de un camino vecinal de tierra roja. Un lado nos ofrecía un adelanto a la vida en la ciudad, el otro lado nos enseñaba los campos arroceros cuidados por Búfalos con caras preocupadas. Sin perder la ironía, continuamos nuestro camino pasándole por al lado a carretas haladas por bueyes y niños asombrados. Con el tiempo limitado y aviones esperando por nosotros para llevarnos de vuelta a los cuatro rincones del globo, solo pudimos apreciar un poco de lo que se nos ofrecía.

Vueltas en carretas de bueyes a través de la ciudad, creación de escobas con bambú y hojas de palma, vagar en los campos arroceros, entablando amistad con los locales, algunos amigos (locales) algunos no tan amistosos (los molestos búfalos de agua, acaso no saben que somos sus hermanos y hermanas lejanas?). Pudimos establecer prioridades para tener tiempo para comer en una posada dirigida por la familia de uno de los locales.

Este nuevo tour nos ofrece la opción de vivir una autentica experiencia al pasar una noche con el confort de una verdadera casa de familia de Camboya. Esta vez tristemente solo tuvimos el chance de decir adiós y saborear la delicia de un muy bien recibido almuerzo Khmer. Ligeramente frito, un dulce pollo frito chili con hojas verdes al vapor y un delicioso arroz lavado con te de jazmín.

Luego de un corto viaje a través de los campos arroceros y tiempo tomado para guardar las memorias de este lugar encantador, estábamos de vuelta a la carretera.
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